Todo lo relacionado con la infancia suele tener un halo de cierta nostalgia, más aún el mundo de los juguetes que nos telestransporta a nuestros momentos más felices. Si a esta sensación le sumamos la belleza de unos paisajes impresionantes, obtenemos como resultado la mezcla con la que juega el artista Vincent Bousserez en su última serie, llamada precisamente "Nostalgias".

El cubo de Rubik se enroca a modo de monolito para convertirse en un elemento más del paisaje.

El muelle Slinky se tiñe del color del paisaje para integrarse en él.

Las matrioshkas parecen estar haciendo cola en este establecimiento ruso, en su país de origen.

Los aros apilables comparten espacio con los árboles del jardín pero le aportan color y nostalgia.
Al igual que en trabajos anteriores, el artista juega con las dimensiones para crear nuevas realidades inspiradas por su entorno y sus viajes por el mundo. Más información: http://www.vincentbousserez.com