Las fotos con niebla tienen un no sé qué que nos encanta. Pueden ser misteriosas, románticas, terroríficas... Y es que la bruma transforma completamente un paisaje y, si sabemos captarlo y editarlo de forma correcta, conseguiremos que quien mire nuestras imágenes disfrute y comparta con nosotros el sentimiento que queremos transmitir.
No importa cuál sea la escena que queremos capturar, desde una ciudad concurrida y ruidosa hasta el paisaje más apacible se verán completamente diferentes bañados por la niebla, con un toque más profundo. Sin embargo, a pesar de que este fenómeno meteorológico aporta mucho de por sí a la imagen, somos nosotros quienes podemos controlar totalmente su resultado definitivo, con pequeños trucos de edición, cada efecto dará una sensación totalmente diferente.
Por supuesto, si tomas tus fotos en formato raw te será mucho más sencillo editar a posteriori los parámetros de los que vamos a hablarte a continuación.
Contraste
Las fotos de niebla tienen de por sí menos contraste de lo habitual. El contraste es simplemente la diferencia entre la luz y la oscuridad en una imagen. Cuando hay una gran disparidad y las luces son brillantes y las sombras son oscuras, se dice que la foto tiene un alto contraste. Si jugamos con esta función podemos llevarlo al límite, por ejemplo, minimizando el contraste conseguiremos un efecto de gran misterio que puede generar sensación de tranquilidad o inquietud, según la imagen de la que estemos hablando. Son fotos delicadas, con un toque artístico y algo abstracto pues el objeto fotografiado pierde definición. Otro cambio que podemos probar en este caso es el blanco y negro, que puede funcionar bastante bien.
Si aumentamos el contraste en una fotografía con niebla en la que no buscábamos inicialmente aportar un halo de misterio, podremos conseguir un efecto más natural, como si el fenómeno meteorológico no se interpusiera entre el objeto a fotografiar y nuestro objetivo. Al hacer más brillantes las áreas claras y más profundas las sombras podemos aportar también melancolía a la foto. Pero, en general, al aumentar el contraste conseguiremos un impacto mayor.
Colores fríos
Un cambio en la temperatura de color de la imagen supondrá un gran impacto en las sensaciones que genera en quien la observa, sobre todo cuando hablamos de fotos con niebla. Los colores fríos nos transmitirán una sensación agradable pero distante, como de algo etéreo.
Colores cálidos
Los tonos cálidos nos aportan un resultado totalmente diferente que dará lugar a sentimientos de cercanía, por ejemplo, si se trata de un paisaje parecerá más acogedor. En general serán fotografías más optimistas y reconfortantes.
Efecto de cuento
Si aumentamos el brillo de la zona afectada por la niebla conseguiremos un gran cambio que hará que la fotografía parezca irreal, como sacada de un cuento, y desde luego sea mucho más llamativa. Si usamos un filtro radial llevaremos ese efecto a otra dimensión.
Aunque aquí te damos algunas ideas, por supuesto no hay nada escrito. Experimentar puede ayudarnos a conseguir resultados extraordinarios y, como hemos visto, este tipo de imágenes se prestan mucho a la edición.
Lo importante es que pruebes y elijas lo que mejor te convenga en cada momento y, más importante aún, ¡que disfrutes con el proceso!